El presidente de los Estados Unidos Joe Biden firmó hoy una orden ejecutiva para regular a bitcoin (BTC) y a la industria de las criptomonedas. Tras conocerse la noticia la comunidad que gira en torno al ecosistema, de inmediato se trasladó a Twitter para opinar sobre el documento que había generado gran expectativa desde que se anunció en octubre del año pasado.
En términos generales, la comunidad recibió el anuncio con optimismo tomando en cuenta que; al ordenar una regulación, el gobierno de Biden le está dando legitimidad a la industria de las criptomonedas. De alguna manera deja claro que no prohibirá a bitcoin o a la minería digital, como sí lo hizo China el año pasado.
Evaluada por el mercado
La orden fue evaluada con tanto optimismo en el mercado que hay quien atribuye el repunte que tuvo el precio de bitcoin a la acción gubernamental. Sin embargo, en Twitter la comunidad también analiza si el documento, en efecto, es positivo o negativo para el ecosistema.
Para el reconocido bitcoiner Matt Odell; la orden ejecutiva de Biden no se puede interpretar propiamente como una ley que no requiere la aprobación del Congreso, como suele suceder con este tipo de documentos. Es apenas el primer paso y en sí eso no ofrece mucho.
«La orden ejecutiva es una completa broma, la discusión ni siquiera vale la pena, solo ríase y continúe», señaló Odell.
Para Corallo es momento de apoyar a Coin Center que se encarga de defender una política gubernamental sólida hacia las criptomonedas como Bitcoin.
Por su parte, el desarrollador de Bitcoin, Matt Corallo, señaló que la orden solo permite comprender que hay que «mantenerse informados y asegurarnos de tener una voz en la investigación que se realiza en este tipo de informes y en las leyes y regulaciones futuras que se derivan de ellos».
¡Adiós a bitcoin! o bienvenido BTC a Estados Unidos
Robert Kiyosaki, el autor del libro «Padre rico, padre pobre»; está convencido que la orden ejecutiva del presidente de los Estados Unidos marca el inicio de una nueva era para las criptomonedas. Piensa que ahora el gobierno confiscará los fondos en bitcoin o ethers (ETH) que tengan sus ciudadanos a quienes podrá catalogar de «criminales o comunistas».
Todo ello con el objetivo de impulsar su propia moneda digital de banco central o CBDC, popularmente conocida como dólar digital.
Kiyosaki cree que la orden ejecutiva de Biden introduce un enfoque negativo para el ecosistema.
Sin embargo, el analista del mercado de las criptomonedas Jan Wüstenfeld no está de acuerdo con Kiyosaki y asegura que Estados Unidos no prohibirá a bitcoin porque lo reconoce como una herramienta clave.
También hay quien cree que la orden ejecutiva de Biden sobre las criptomonedas es histórica, como lo señaló Nigel Green, CEO de la firma de asesoría financiera deVere Group.
Para mí, hay tres conclusiones clave de la orden ejecutiva de criptomonedas de Biden. Primero, las monedas digitales son inevitables en el mundo cada vez más digital en el que vivimos. Cuando la tecnología está impulsando la forma en que vivimos, trabajamos, hacemos negocios y mucho más, también tiene sentido tener dinero que funcione con tecnología.
Nigel Green, CEO deVere Group.
No prohibir las criptomonedas
En segundo lugar, el director ejecutivo destaca que la economía más grande del mundo ha decidido no prohibir las criptomonedas y de hecho, exige un «enfoque coordinado e integral de la política de activos digitales».
Para Green, el tercer punto clave de la orden ejecutiva es que subraya que el mundo seguirá queriendo criptomonedas como bitcoin por sus ventajas; incluida la conveniencia y la velocidad de sus transferencias. Pero sobre todo por el anonimato que ofrece. Esto en contraste con un dólar digital, con el cual «el gobierno podría rastrear todas las transacciones2. Washington tendría aún más poderes para rastrear y controlar», puntualizó.
Biden firmó hoy la orden ejecutiva que el ecosistema de bitcoin estaba esperando desde hace meses. En ella, el gobierno ordena a las agencias federales que coordinen mejor su trabajo en el sector de las criptomonedas; aunque no establece posiciones específicas que la administración quiere que adopten.