El Salvador marco un precedente en la historia de la economía, al usar Bitcoin como moneda de curso legal del país y, ahora, otro país potencialmente seguirá sus pasos, unos de ellos es el Reino de Tonga.
El Reino de Tonga podría copiar el guía de El Salvador
El 11 de enero Lord Fusitu’a, ex miembro del parlamento de Tonga, sugirió en Twitter que Bitcoin podría establecerse en el país como moneda de curso legal. De hecho, el ex parlamentario cree que para noviembre de este año la nación podría adoptar a la criptomoneda. Para ello, entre septiembre y octubre será presentado el proyecto de ley a la Cámara.
Como era de esperarse, el anuncio generó curiosidad y un gran debate entre los miembros de la cripto comunidad. Es necesario tener en cuenta que la medida podría incorporar a más de 100.000 ciudadanos de Tonga a la red de Bitcoin.
Una de las preguntas más repetidas tiene que ver a cómo ha sido construido el proyecto de ley y si es o no similar al aplicado en El Salvador. Ante ello, Fusitu’a aseguró que es «casi idéntico al de El Salvador.
La noticia sorpresa
En 2021 comenzaron los rumores de que posiblemente el Renio de Tonga adoptaría a Bitcoin como moneda de curso legal. Especialmente tras la participación de Lord Fusitu’a en el podcast de Bedford Peter McCormack.
En su momento, Fusitu’a aseveró que, de adoptar a Bitcoin, la nación vería «un aumento de la renta disponible del 30%». Asimismo, durante el podcast de Bitcoin Magzine, Fusitu’a afirmó que el país puede volverse más «competitivo y rico» si adopta a la cripto líder.
Un poco más sobre Tonga
El Reino de Tonga, es un país de Oceanía integrado dentro de la Polinesia y constituido como una monarquía parlamentaria. El país cuenta con una población ligeramente superior a 100.000 habitantes.
A nivel económico, el Reino de Tonga es un país que se encuentra alejado de los grandes mercados mundiales y con recursos naturales limitados. Un aspecto fundamental es que su principal exportación son los mariscos y los productos nativos de la isla, como la vainilla o el coco. No obstante, esto los hace dependientes de los procesos naturales que pueda experimentar la nación y, por lo tanto, tienen una economía frágil.