Hechos clave:
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El caso Durov resalta la tensión entre la vigilancia del gobierno y los derechos a la privacidad.
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Este arresto podría aumentar la presión regulatoria sobre otras empresas tecnológicas.
Mientras Pavel Durov, CEO de Telegram, enfrenta un proceso, hasta ahora, incierto tras su arresto en Francia, el cual posiblemente se extienda en el tiempo, la incertidumbre crece entre los usuarios de aplicación de mensajería.
El arresto del ejecutivo ruso de 39 años y con nacionalidad francesa y de los Emiratos Árabes Unidos, ha sido toda una sorpresa debido a su alto perfil en la industria tecnológica y el uso generalizado de Telegram en todo el mundo. Hasta ahora, los motivos del arresto no están del todo claros.
Por lo que se entiende hasta este momento, Durov fue arrestado como parte de una investigación policial preliminar por supuestamente permitir que se cometieran una amplia gama de delitos utilizando su plataforma. Esto, debido a la falta de moderadores en Telegram y la falta de cooperación con las autoridades.
La noticia ha provocado una intensa especulación y preocupación entre la enorme base de usuarios de Telegram, estimada en casi 900 millones de personas según los datos de Demand Sage para enero de este año.
La aplicación, creada en 2014, ha tenido un crecimiento exponencial en los últimos años, sobre todo al agregar una variedad de funciones que van mucho más allá de la mensajería de texto básica. Ello hace que diariamente se conecten a la red unos 55,2 millones de personas.
La posibilidad de crear grupos de hasta 200.000 miembros, junto a opciones de privacidad mejoradas y flexibilidad para admitir mensajes multimedia, llamadas de voz y video, incluyendo la opción de operar con criptomonedas, son algunos de los servicios que han contribuido a su amplio atractivo a nivel mundial. Con estas opciones, son muchas las empresas, grupos y organizaciones de varios países las que comparten sus actividades cotidianas por esta red.
Las proyecciones apuntan a unos 1.000 millones de usuarios para finales de 2024, una previsión que ahora está en riesgo debido al arresto de Durov. De ahí que surjan serias dudas sobre el futuro de Telegram, incluyendo su ecosistema de criptomonedas asociado.
Tal como señalan analistas en varios medios de comunicación y en redes sociales, a medida que se vayan desarrollan los procedimientos legales el impacto, tanto en el negocio de Telegram como en el mercado del token Ton, sigue siendo incierto.
Los usuarios temen por sus datos
En medio del proceso legal que se avecina para Telegram, lo primero que se prevé es una corrida de usuarios. Un hecho que podría derivar de la decisión voluntaria de los usuarios que temen a las investigaciones en marcha, o por la salida forzada de muchos debido a restricciones al acceso en varios países.
En ese sentido, se sabe que ya hay muchos usuarios que tienen preocupaciones sobre el futuro de la plataforma y sobre su privacidad y que están tratando de proteger sus chats y las informaciones compartidas. Una acción que está siendo recomendada por expertos, indicando que se realicen copias de seguridad de sus datos.
«Siempre es una buena práctica tener copias de seguridad de los datos importantes, especialmente en tiempos de incertidumbre», dice Pranesh Prakash, investigador de políticas tecnológicas afiliado al Proyecto de Sociedad de la Información de la Facultad de Derecho de Yale, citado por NDTV News.
Según telegram.org, la aplicación ofrece varias formas de realizar copias de seguridad de los datos, incluida la exportación de historiales de chat y archivos multimedia al almacenamiento local o servicios en la nube.
De hecho, en Reino Unido se ha hecho viral un enlace sobre cómo exportar datos desde Telegram. También se están compartiendo en diferentes redes sociales videotutoriales que demuestran el proceso de exportación.
La meta es poner en práctica la seguridad digital ante los desafíos actuales, tratando de equilibrar la privacidad y la regulación. Son temores que la empresa deberá abordar lo más pronto, para mantener la confianza de su base de usuarios
Sobre ello, el equipo de Telegram insiste en que Durov no tiene nada que temer y asegura que la plataforma opera con normalidad. Resaltan, por tanto, que la empresa cumple con las leyes de la Unión Europea, afirmando que sus prácticas de moderación se ajustan a los estándares de la industria. Se espera además que en los próximos días se establezca un liderazgo interino, mientras el proceso legal siga en marcha.
Y aunque el equipo de Telegram se esfuerza en mantener la confianza, se cree que las operaciones diarias de la plataforma, en algún momento, se verán alteradas.
Es por ello que también hay dudas sobre el futuro de la participación de Toncoin y Telegram en el ecosistema y sobre la forma en que podría afectar al mercado más amplio de criptomonedas. En lo inmediato, se sabe que los activos asociados a la red The Open Network sufrieron una importante caída.
Se espera un mayor escrutinio regulatorio
Una de las consecuencias más previsible del arresto es la aplicación de un mayor escrutinio regulatorio a nivel mundial, con nuevos esfuerzos para regular la plataforma.
Una situación que posiblemente endurezca las políticas de moderación de contenido, sirviendo como un crudo recordatorio de la presión regulatoria constante que enfrentan los gigantes de la tecnología y sus líderes. Lo que además aumenta las preocupaciones por las restricciones a las libertades individuales.
Así lo resalta el multimillonario dueño de X, Elon Musk, quien describió el arresto de Durov como un ataque a la libertad de expresión. Una postura que fue compartida por el presidente Nayib Bukele y el cofundador de Ethereum, Vitalik Buterin, tal como informó CriptoNoticias.
Hasta el político estadounidense Robert F. Kennedy Jr. dijo que la detención de Durov ponía de relieve la necesidad de proteger las plataformas que permiten la libertad y la privacidad.
Sobre este tema, el influencer español Marc Vidal compartió en X una reflexión en la que avizora fuertes consecuencias en varios ámbitos, más allá de lo legal. Considera que se generarán cambios drásticos a nivel jurisdiccional, social y gubernamental en todo el mundo.
«El debate es global y todos los países están legislando, actuando o amenazando con poner límites a la expresión en la red. La desinformación puede conducir a una censura hacia aquello que no es la verdad oficial», acotó.
De esta forma, el arresto de Durov se convierte en un acontecimiento trascendental, que pone al mundo tecnológico y a los gobiernos en alerta y revela los desafíos a los que se enfrentan las plataformas globales de aquí en adelante.
La privacidad, la seguridad y el papel de la tecnología en nuestro mundo conectado están ahora en primer plano para todos. Sólo el tiempo dirá cuál será el resultado.
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