“Seguiremos utilizando todas las herramientas disponibles para impedir que Rusia utilice el sistema financiero internacional”, señaló el Departamento de Estado de Estados Unidos la semana pasada cuando impuso nuevas sanciones a Rusia por su guerra contra Ucrania. Y en respuesta, el país euroasiático se está apoyando en las criptomonedas para el desarrollo de sistemas de pagos alternativos.

Las criptomonedas juegan un rol fundamental para Rusia, como lo destaca el banco ruso Transstroy. Al respecto apunta que el Banco Central avanzará con tres pruebas con criptomonedas basadas en el Sistema Nacional de Pagos (NPS) como parte de un régimen legal experimental.

En primer lugar, las criptomonedas se convertirán en un medio de pago completo en el comercio exterior. En segundo lugar, los criptoactivos se convertirán en objeto de comercio de divisas. Y en tercer lugar, el Banco Central planea crear una plataforma electrónica para transacciones con monedas digitales basada en el NPS, ya que tiene una infraestructura desarrollada para procesarlas.

Aun faltan detalles por conocer en lo que se refiere al uso de criptomonedas para el comercio exterior, también para su integración en el bancos rusos“>sistema financiero ruso, pero los legisladores han venido evaluando los desafíos.

Mikhail Uspensky, miembro del consejo de expertos en regulación legislativa de criptomonedas en la Duma Estatal, señala que “el principal desafío son los riesgos de cumplimiento para los socios extranjeros. El temor a sanciones secundarias puede limitar significativamente el grupo de contrapartes dispuestas a trabajar con transacciones rusas en criptomonedas».

Es de recordar que la Duma Estatal, la cámara baja de la Asamblea Federal de Rusia, aprobó un proyecto que legaliza la minería de Bitcoin y el uso de criptomonedas para pagos transfronterizos, lo cual entró en vigencia el pasado 1 de septiembre.

Sin duda es un cambio de paradigma si se toma en cuenta que antes del conflicto de Ucrania en 2022, el Banco Central de Rusia había abogado por una prohibición total de las criptomonedas.

Ahora, la gobernadora del Banco Central de Rusia, Elvira Nabiullina, afirmó que el uso de criptomonedas en el comercio internacional podría comenzar a fines de 2024.

Adicionalmente, el Banco Central de Rusia lanzó una prueba del rublo digital el año pasado, esperando una adopción generalizada en los próximos años.

Con todo ello “se está preparando un fuerte golpe al dólar”, como lo apuntaron analistas de China que publicaron un artículo reciente, en el que aseguran que “Rusia va a poner fin a la hegemonía estadounidense”.

Más alternativas de pagos para desafiar el dominio del dólar

Una nueva opción para realizar pagos estaría surgiendo entre India y Rusia para liquidar sus intercambios comerciales.

“Tras la reciente reunión del primer ministro Narendra Modi con el presidente ruso Vladimir Putin en Moscú, donde ambos acordaron promover la liquidación comercial en monedas nacionales e introducir instrumentos financieros digitales en las liquidaciones mutuas, informó al medio Businessline una fuente que sigue el asunto.

Las conversaciones entre ambas naciones siguen en curso, pero la propuesta es utilizar el SPFS (Sistema para la Transferencia de Mensajes Financieros) que Rusia puso a prueba en 2014 para realizar transacciones en rupias y rublos. Para 2023, más de 400 instituciones financieras habían adoptado SPFS.

Como fue reportado por CriptoNoticias, producto de las sanciones los bancos rusos fueron expulsados de la Sociedad para las Telecomunicaciones Financieras Interbancarias Mundiales (SWIFT), la infraestructura a la que están afiliados la mayoría de los bancos del mundo. Desde entonces Rusia y sus socios han estado buscando otras formas de hacer negocios fuera del orden liderado por Occidente.

Ahora, lo que está sucediendo es que Rusia y sus aliados, como China realizan operaciones bancarias y comercian en sus propias monedas, lejos de la atenta mirada de los Estados Unidos.

El gobierno chino, por ejemplo, ha promovido el yuan como alternativa al dólar en materia de comercio y financiamiento del desarrollo. De hecho, el yuan chino está aumentando rápidamente en las liquidaciones comerciales, superando al euro y convirtiéndose en la segunda moneda más utilizada después del dólar estadounidense.

Actualmente, el dólar está arraigado en el sistema financiero mundial, pero están surgiendo nuevas plataformas que podrían socavar su dominio.

En el Foro Económico Internacional de San Petersburgo en junio, el presidente de Rusia Vladimir Putin dijo que la participación del dólar y el euro en las exportaciones de su país se reduciría a la mitad en relación a lo comerciado en 2023, mientras que la participación del rublo aumentaría al 40%.

Para lograrlo, Rusia también se apoya en su propio sistema de pago Mir para reemplazar a Visa y Mastercard, que pronto se convirtieron en otro objetivo de las sanciones occidentales.

Entre sus objetivos Rusia también se plantea aumentar la participación de las monedas distintas del dólar y del euro en su comercio internacional al 80% para 2030.

¿El dólar está perdiendo dominio?

Si, es la respuesta a la pregunta de si ¿el dólar está perdiendo dominio? según los indicadores publicados en un informe reciente.

“Por ejemplo, la participación del dólar en las reservas globales ha caído de más del 70% en 2000 al 59% en la actualidad”, explicaron los investigadores de Brookings.

“Las reservas extranjeras no están fluyendo hacia los principales competidores del dólar, el euro y el yen. En cambio, las reservas van a lo que a veces se denominan “monedas no tradicionales”, como el dólar canadiense, el dólar australiano y el renminbi chino. Aparte de China, se trata de las monedas de países estables con economías fuertes y relaciones estrechas con los Estados Unidos”.
Estudio del centro de investigación Brookings.

Adicionalmente los bancos centrales también han aumentado sus tenencias de oro. Se trata de un cambio estratégico hacia el metal dorado como cobertura contra la volatilidad del mercado y los riesgos geopolíticos. Esto especialmente en tiempos en los que el dólar estadounidense ha venido cediendo terreno a las monedas no tradicionales.

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