The Music Republic organiza esta semana dos conciertos en València; hace una semana reventó de público la explanada de la Ciudad de las Ciencias con los conciertos del festival Les Arts. Ahora prepara ya las ediciones post-Covid de los populares FIB o ViñaRock.
Todas son experiencias offline, en la que la promotora valenciana tiene larga experiencia. Pero a raíz de la pandemia, surgen nuevas necesidades vinculadas con la tecnología. Y de ahí nace su alianza con Lanzadera, la aceleradora de Juan Roig.
El pasado 2 de noviembre la cantera de empresas emergentes ubicada en Marina de Empresas cerró su convocatoria para “apoyar a los emprendedores e impulsar las futuras generaciones de startups tecnológicas e innovadoras del territorio musical”, aseguran desde The Music Republic. Las elegidas empezarán a trabajar en enero de 2022.
Y lo harán trabajando en tres retos. Uno de ellos es el de las innovaciones en experiencia de cliente en conciertos y festivales. La más visible para los ojos ajenos, que podría suponer innovaciones en realidad virtual, hologramas, avatares y otras formas digitales. Así lo detallan desde la compañía.
Otra es la de ahondar en las posibilidades que se abren para los artistas en el espacio digital. La pandemia permitió al sector abrir nuevas vías de comunicación con su público. Tales como: directos en Instagram, en YouTube, y ahí es donde también se focaliza este proyecto.
Hologramas, avatares y otras formas digitales, propuestas de futuro a explorar en el sector
La tercera vía es encontrar propuestas que les permitan crear o comercializar NFT de la industria musical. Piezas digitales elaboradas a partir de códigos con información contenida sobre tecnología blockchain que permiten garantizar su trazabilidad y, por tanto, su autenticidad.
Un campo este en el que en Lanzadera ya trabajan algunas empresas, como es el caso de MonkingMe, plataforma de música en streaming, gratis y disponible también sin conexión a Internet, que se ha dado cuenta “del tirón que tienen los NFT para, por ejemplo, comercializar merchandising”, apuntan fuentes de la entidad.
La agilidad de las emergentes, rápidas en incorporar y ejecutar ideas, es uno de los valores de esta alianza que quiere sacudir las pesadas estructuras de las Corporates, como ya hace Lanzadera con Janssen o La Liga de Fútbol Profesional, por ejemplo. En este caso trabajan desde el pasado mes de julio con proyectos de estadio inteligente; fan engagement; audiovisual; e inteligencia artificial y datos.
“Es muy complicado que una empresa incipiente, que se ha ido abriendo camino poco a poco, haga negocio y se la escuche en una empresa grande, no es fácil. Lo primero que hacemos aquí es romper esa barrera”, explican desde Lanzadera.
En los acuerdos, la startup cuenta con recursos, equipo y mentores para explorar las nuevas ideas que podrían aportar los negocios a la gran compañía aliada
En la práctica, la relación que se establece entre gran empresa y emergente se concreta en una prueba de concepto, para la que la compañía consolidada dedica unos 20.000 euros, fondo que la pequeña empresa destina a probar y testar la tecnología que, considera, es adecuada para ese negocio. Que no pierda dinero es la idea principal.
A partir de ahí, si hay suerte, se pueden convertir en proveedores, establecer relaciones puntuales con acuerdos comerciales, etc. Desde Lanzadera afirman que aproximadamente la mitad de estas pruebas acaban en relación comercial, pero pretenden que este 50% sea más: “No nos conformamos con eso solo”, matizan.